¿Qué signfica dockerizar? – Blog Ausum Cloud

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¿Qué significa dockerizar?

¿Sabías que, según las últimas estadísticas, más de 125.000 empresas de todo el mundo utilizan Docker para dockerizar sus aplicaciones. Este término surge de la capacidad que ofrece Docker (del cual hablamos en este otro artículo) de virtualizar la infraestructura de una aplicación, permitiendo que todo el código, las dependencias y el entorno de ejecución se empaqueten juntos en un contenedor.

Y es que, con el paso de los años, la dockerización se ha convertido en una práctica estándar en el desarrollo de aplicaciones modernas, especialmente en arquitecturas de microservicios y despliegues en la nube. A continuación, veremos qué es y qué ventajas ofrece dockerizar aplicaciones.

 

¿Qué es dockerizar?

Dockerizar una aplicación, también conocido como «dockerización», hace referencia al proceso de empaquetar una aplicación junto con todas sus dependencias, librerías y archivos de configuración en un contenedor Docker.

Este contenedor actúa como una unidad estandarizada y autosuficiente que puede ejecutarse de manera consistente en cualquier entorno que tenga Docker instalado. En esencia, es como crear una «caja» portable que contiene todo lo necesario para que tu aplicación funcione correctamente, independientemente del sistema donde se ejecute.

Se trata de una forma de virtualización que permite crear un entorno de ejecución aislado y que garantiza que una aplicación funciona de la misma forma en cualquier lugar, ya sea en una máquina local, en un servidor local o en la nube. Docker ofrece todas las facilidades para llevar a cabo esta manera de desarrollar, ejecutar y desplegar aplicaciones.

 

¿Por qué dockerizar aplicaciones?

En el desarrollo de software moderno, es común encontrarse con el famoso problema «funciona en mi máquina», donde una aplicación se comporta de manera diferente en distintos sistemas. Es habitual que los desarrolladores se enfrenten a problemas de compatibilidad debido a diferencias en las versiones de las dependencias, configuraciones del sistema operativo o variables de entorno.

Dockerizar apps resuelve este problema al encapsular la aplicación y su entorno completo, garantizando que se ejecute de manera idéntica en cualquier lugar. Además de esto, ofrece infinidad de ventajas, entre las que destacan:

  • Portabilidad: las aplicaciones dockerizadas pueden ejecutarse en cualquier sistema que tenga Docker instalado, independientemente del sistema operativo subyacente. Esto lo hace especialmente interesante para entornos empresariales donde se necesita desplegar aplicaciones en diferentes infraestructuras o migrar entre proveedores de servicios en la nube.
  • Aislamiento: Cada contenedor funciona de manera independiente, lo que evita conflictos entre aplicaciones y sus dependencias. Por ejemplo, si tienes una aplicación que requiere Python 3.8 y otra que necesita Python 3.9, pueden coexistir en el mismo servidor sin interferir entre sí, ya que cada una opera en su propio contenedor aislado.
  • Desarrollo: los desarrolladores pueden crear entornos de desarrollo locales que replican exactamente el entorno de producción. Esto facilita la detección temprana de problemas y acelera el ciclo de desarrollo, ya que cualquier miembro del equipo puede reproducir y solucionar problemas en su propia máquina con exactamente las mismas condiciones.
  • Seguridad: este aislamiento también proporciona una capa adicional de seguridad al limitar el acceso de cada contenedor a los recursos del sistema. Los contenedores pueden configurarse con políticas de seguridad personalizadas y privilegios limitados, reduciendo la superficie de ataque potencial.
  • Escalabilidad: facilita el escalado horizontal y vertical de aplicaciones, permitiendo crear y destruir instancias según la demanda. En combinación con Kubernetes, se pueden gestionar automáticamente clusters de contenedores para garantizar alta disponibilidad y un rendimiento óptimo, incluso con cargas de trabajo variables.
  • Reproducibilidad: al definir la infraestructura como código a través del Dockerfile, se garantiza que cada vez que se construye la aplicación, se obtiene exactamente el mismo resultado. Esto elimina las discrepancias entre entornos y facilita la replicación de problemas para su diagnóstico y solución.
  • CI/CD: La dockerización facilita la integración y el despliegue continuo de aplicaciones al proporcionar un entorno consistente en todas las etapas del pipeline. Los contenedores pueden construirse, probarse y desplegarse de manera automatizada, lo que acelera significativamente el ciclo de desarrollo, reduce errores en despliegue y facilita el trabajo de DevOps.
  • Eficiencia en recursos: Los contenedores son más ligeros que las máquinas virtuales tradicionales, ya que comparten el kernel del sistema operativo host. Esto afecta tanto a los costes como a la eficiencia operativa, ya que requieren menos recursos para su ejecución y mantenimiento.
  • Colaboración: Docker facilita enormemente el trabajo en equipo al permitir que todos los miembros trabajen con exactamente el mismo entorno. Los desarrolladores pueden compartir sus contenedores a través de registros como Docker Hub, permitiendo que otros miembros del equipo accedan y ejecuten las aplicaciones con la misma configuración.
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Cómo dockerizar una aplicación paso a paso

El proceso de dockerizar una aplicación implica varios pasos que deben seguirse cuidadosamente para garantizar una implementación exitosa. A continuación, veremos el proceso detallado para convertir una aplicación tradicional en una aplicación contenerizada, desde la creación del Dockerfile hasta el despliegue final del contenedor.

1. Prepara tu aplicación

Antes de comenzar con la dockerización, es fundamental asegurarte de que tu aplicación está correctamente estructurada y optimizada para funcionar en un contenedor. 

Esto implica identificar todas las dependencias, configuraciones y archivos necesarios para su funcionamiento. También es importante verificar que la aplicación sigue las mejores prácticas de desarrollo, como la gestión adecuada de logs y la configuración mediante variables de entorno.

Ten en cuenta que el almacenamiento en los contenedores es efímero, lo que significa que cualquier dato almacenado dentro del contenedor se perderá cuando este se detenga o se elimine. Por esta razón, es clave estudiar cómo se manejarán los datos persistentes, generalmente utilizando volúmenes de Docker o almacenamiento externo

Además, es importante asegurarte de que tu aplicación esté diseñada para ser stateless (sin estado) siempre que sea posible, lo que significa que no debe depender de datos almacenados localmente en el contenedor. Esto facilitará la escalabilidad y la gestión de la aplicación en un entorno contenerizado.

 

2. Instalación de Docker

Para comenzar a dockerizar aplicaciones, el primer paso es asegurar que Docker está correctamente instalado en tu sistema. Docker está disponible para los principales sistemas operativos: Windows, macOS y Linux. El proceso de instalación varía según la plataforma, pero generalmente implica descargar el instalador desde la página oficial de Docker y seguir los pasos de configuración específicos para tu sistema operativo.

La instalación básica incluye Docker Engine, que es el motor de containerización, y Docker CLI, que es la interfaz de línea de comandos para interactuar con Docker. También es recomendable instalar Docker Desktop si estás trabajando en Windows o macOS, ya que proporciona una interfaz gráfica y herramientas para la gestión de contenedores.

Si quieres dockerizar una aplicación en la nube, puedes elegir entre las diferentes opciones que ofrecen los proveedores de la nube pública. AWS ofrece Amazon Elastic Container Service (ECS) y Amazon EC2, Google Cloud Platform permite trabajar con contenedores Docker a través de Google Container Engine (GKE), y Microsoft Azure proporciona Azure Container Instances (ACI) y Azure Kubernetes Service (AKS).

Estas plataformas ofrecen servicios gestionados que facilitan el despliegue, la gestión y el escalado de contenedores Docker en producción. Una vez instalado Docker en tu entorno de desarrollo local o en la nube, puedes proceder con la creación del Dockerfile y la containerización de tu aplicación.

 

3. Crear el Dockerfile

El Dockerfile es un archivo de texto que contiene todas las instrucciones necesarias para construir una imagen de Docker. Este archivo actúa como una receta en la que especifica el entorno base, las dependencias, los archivos de la aplicación y la configuración necesaria para que tu aplicación funcione correctamente dentro de un contenedor.

Para crear un Dockerfile, necesitas definir una serie de instrucciones como FROM (para especificar la imagen base), COPY (para copiar archivos), RUN (para ejecutar comandos) y CMD (para especificar el comando que se ejecutará al iniciar el contenedor). Es importante seguir las mejores prácticas al escribir el Dockerfile para optimizar el tamaño de la imagen.

Cada instrucción en el Dockerfile crea una nueva capa en la imagen, por lo que es importante minimizar el número de capas y optimizar su orden para aprovechar la caché de Docker.

Para una gestión más eficiente de las capas, es recomendable combinar comandos relacionados en una sola instrucción RUN utilizando operadores de encadenamiento (&&) y limpiar cualquier caché o archivo temporal generado durante la construcción. 

Esto no solo reduce el tamaño final de la imagen, sino que también mejora el rendimiento durante la construcción y el despliegue.

 

4. Construir la imagen Docker

Una vez que tienes tu Dockerfile listo, el siguiente paso es construir la imagen Docker. Este proceso se realiza utilizando el comando docker build, que lee las instrucciones del Dockerfile y crea una imagen en capas. La imagen resultante contendrá todo lo necesario para ejecutar tu aplicación, incluyendo el sistema operativo base, las dependencias y tu código.

Para construir la imagen, debes ejecutar el comando docker build seguido del contexto de construcción (generalmente el directorio actual, indicado con un punto). Por ejemplo:

docker build -t myapp:latest .

El flag -t permite etiquetar la imagen con un nombre y una versión, lo que facilita su identificación y gestión posterior. Una vez completado el proceso, puedes verificar que la imagen se ha creado correctamente utilizando el comando docker images.

Es importante tener en cuenta que, durante el proceso de construcción, Docker mostrará el progreso de cada paso y cualquier error que pueda surgir. Estos mensajes son muy útiles para diagnosticar problemas en caso de que la construcción falle. Además, Docker utiliza un sistema de caché inteligente que acelera las construcciones posteriores al reutilizar capas que no han cambiado.

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5. Ejecutar el contenedor

Una vez que tienes tu imagen Docker construida, puedes ejecutar un contenedor basado en ella utilizando el comando docker run. Este comando crea una instancia en ejecución de tu aplicación, aislada en su propio contenedor. Al ejecutar el contenedor, puedes especificar diferentes opciones como puertos, variables de entorno y volúmenes según las necesidades de tu aplicación.

Por ejemplo, para ejecutar un contenedor, podrías usar el siguiente comando:

docker run -p 3000:3000 –name myapp-container myapp:latest

El flag -p mapea los puertos entre el host y el contenedor, mientras que –name asigna un nombre al contenedor para identificarlo y facilitar su gestión. Una vez ejecutado, puedes verificar que el contenedor está funcionando correctamente usando el comando docker ps, que mostrará todos los contenedores en ejecución.

Además de estos comandos básicos, Docker proporciona una amplia gama de opciones para personalizar la ejecución del contenedor, como la asignación de recursos (CPU y memoria), la configuración de redes y la gestión de volúmenes para datos persistentes.

También puedes utilizar Docker Compose para gestionar aplicaciones multi-contenedor, lo que facilita la definición y ejecución de aplicaciones que requieren múltiples servicios interconectados. Esta herramienta resulta especialmente útil en entornos de desarrollo y pruebas, donde necesitas coordinar varios contenedores que trabajan juntos.

 

La dockerización se ha convertido en estándar

La dockerización se ha convertido en un elemento clave del desarrollo moderno de software, ofreciendo numerosas ventajas en términos de consistencia, portabilidad y eficiencia. Siguiendo los pasos detallados anteriormente y aplicando las mejores prácticas, podrás containerizar tus aplicaciones de manera efectiva y aprovechar todos los beneficios que Docker tiene para ofrecer.

Además, su combinación junto a Kubernetes para orquestar y gestionar contenedores a gran escala se ha vuelto una práctica común en empresas que necesitan desplegar y mantener aplicaciones complejas. Esta combinación proporciona una solución robusta para la gestión de contenedores en producción, permitiendo el escalado automático, la alta disponibilidad y la recuperación ante fallos.

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