Las potencialidades de Internet of Things están en boca de todas. Millones de dispositivos que se comunican entre sí, gestión inteligente y automática de un número cada vez mayor de operaciones, acceso a grandes volúmenes de datos… Conectar las cosas a internet está trayendo muchas ventajas al mundo empresarial. Y todas ellas pasan irremediablemente por dos elementos: la conectividad y la nube, dos elementos básicos que se encuentran en una plataforma de IoT.
Internet of Things en la nube
Hablar de Internet of Things o IoT es hablar de plataformas de Internet de las Cosas. Estas son la base sobre la que los dispositivos con acceso a la red van a estar interconectados para intercambiarse datos y se van a desplegar las soluciones IoT y las aplicaciones para el usuario final. Es decir, son el software que conecta el hardware y sobre el que se construye el llamado ecosistema IoT.
Bajo el paraguas del término Internet de las Cosas se engloban multitud de dispositivos con acceso a internet, desde smartphones o relojes smart hasta sensores, cámaras de seguridad o maquinaria industrial. El objetivo es siempre el mismo, recabar datos, analizar, optimizar y automatizar procesos y tomar decisiones de negocio más inteligentes. Para ello, el papel de una plataforma de Internet de las Cosas en la nube, como Azure IoT o Amazon Web Services, es clave.
Estructura de una plataforma de IOT en la nube
El mercado IoT ofrece cada vez más opciones de plataformas, soluciones y aplicaciones en la nube. Algunas son más o menos cerradas y otras permiten la construcción de la plataforma IoT desde la base. Como explica en este artículo Diego Tamburini, de Azure Industry Experiences Team, para decidirse por una o por otra es esencial entender su estructura. Estos son los componentes o piezas clave que conforman una plataforma de Internet de las Cosas en la nube.
1. La plataforma cloud
La conforman una serie de servicios PaaS o platform-as-a-service que son utilizados como base por los desarrolladores para montar o desarrollar las soluciones IoT basadas en la nube. Habitualmente, la plataforma en la nube incluye, como mínimo, servicios de almacenamiento, computación y seguridad. Además, plataformas de nube pública como Microsoft Azure y Amazon Web Services (AWS) cuentan también con servicios de analítica y software cloud específicamente diseñado para una plataforma de Internet de las Cosas.
2. La plataforma de Internet de las Cosas
Es el siguiente nivel y, como hemos visto, es la base para que los dispositivos conectados se comuniquen y se construya el ecosistema IoT. Consiste en un conjunto de herramientas y servicios PaaS y SaaS (software-as-a-service) pensados para el desarrollo de soluciones IoT. En el caso de querer desplegar una plataforma de Internet de las Cosas en la nube, este conjunto de PaaS y SaaS está montado sobre la plataforma cloud, que se encarga de la seguridad, la escalabilidad y la fiabilidad de la plataforma IoT.
3. La solución IoT
Se trata de un sistema software end-to-end que es capaz de integrar desde la conexión física de los dispositivos hasta la interfaz de usuario, pasando por tareas como la gestión y el análisis de datos. Estas soluciones IoT, que están desarrolladas para atender las necesidades de un ecosistema de Internet de las Cosas específico, son las que en última instancia facilitan el despliegue de un sistema IoT en una empresa.
4. Las aplicaciones IoT
Son las piezas de software mediante las cuales los usuarios interactúan con la plataforma de Internet de las Cosas. Por decirlo de otra manera, son la cara más visible de la plataforma. Permiten desarrollar multitud de funciones como gestión de datos o extracción de información relevante, ejecutar acciones o tomar decisiones basadas en datos sin necesidad de conocer los entresijos de la plataforma. Cada solución IoT cuenta con un conjunto de aplicaciones enfocadas a usos muy determinados.