En la actualidad, diseñar aplicaciones flexibles, escalables y fácilmente mantenibles se ha convertido en una obligación en la industria del desarrollo de software. Y aunque existen diferentes formas de conseguirlo, el uso de patrones de diseño como la arquitectura hexagonal, unido al uso de microservicios o la implementación en plataformas como AWS Lambda, ofrece todo lo necesario para el desarrollo de aplicaciones modernas.
En este artículo, además de explicar en qué consiste el patrón de diseño de la arquitectura hexagonal, también analizaremos las ventajas que ofrece su implementación, cómo se integra con la arquitectura de microservicios o cómo se puede aprovechar AWS Lambda en este contexto.
¿Qué es la arquitectura hexagonal?
La arquitectura hexagonal, que también se conoce como patrón de diseño de puertos y adaptadores, es una arquitectura de software que permite separar la lógica de negocio de los detalles técnicos. Dicho de otra forma, permite que los componentes de la aplicación se puedan probar, desarrollar y evolucionar de manera independiente, sin que la lógica de negocio se vea afectada por los cambios en la tecnología o en las interfaces de usuario.
Este patrón de diseño fue inventado por el científico estadounidense Alistair Cockburn en 2005, conocido también por formar parte de los creadores del Manifiesto Ágil. Su objetivo al crear la arquitectura hexagonal era construir un sistema que pudiera solucionar problemas tradicionales de la industria como la estratificación, el acoplamiento o el entrelazamiento.
La idea de esta arquitectura es que los diferentes componentes de un software sean intercambiables y puedan evolucionar de manera independiente sin afectar a la lógica central de negocio. Para ello se fomenta una acoplación débil entre los componentes y se promueve la separación de responsabilidades. Esto significa que cada componente tiene una función específica, eliminando la necesidad de que un componente se encargue de múltiples aspectos del sistema.
¿Cómo funciona la arquitectura hexagonal?
La arquitectura hexagonal, fundamentada en distintos patrones de diseño de software como la Inversión de Control (IoC), la Inyección de Dependencias (DI) y el patrón de Capas (Layers), amalgama enfoques preexistentes en una estrategia integral y coherente para el diseño de sistemas de software.
Desde su concepción, la arquitectura hexagonal se ha consolidado como una práctica destacada en el ámbito del desarrollo de software, reconocida por su contribución a la construcción de sistemas escalables, adaptables y fácilmente mantenibles.
- La arquitectura hexagonal se puede visualizar como un hexágono.
- En el centro de este se sitúa la lógica de negocio, es decir, el núcleo de la aplicación.
- Cada uno de los lados del hexágono representa un puerto, de entrada o salida, que puede interactuar con la lógica de negocio empleando lo que se conoce como adaptadores, lo que en la práctica podría ser una API, una interfaz de usuario, una base de datos, etc.
- Estos adaptadores son los encargados de traducir las solicitudes y respuestas entre la lógica de negocio y el mundo exterior, permitiendo así una separación clara entre estos dos aspectos y facilitando cambios o adaptaciones en el futuro.
- Los puertos de entrada son aquellos que aportan información o datos a la lógica de negocio. Estos pueden ser interfaces de usuario, como las APIs o GUIs, que permiten al usuario interactuar con la lógica de negocio.
- Por otro lado, los puertos de salida son aquellos que reciben información de la lógica de negocio y la transmiten a otras partes del sistema. Estos pueden ser bases de datos, servicios web, etc.
Lo que hace que la arquitectura hexagonal sea tan poderosa es que cualquier cambio en los puertos no afecta a la lógica de negocio central. Esto facilita la flexibilidad y la escalabilidad, ya que los cambios en la tecnología o en las interfaces de usuario no afectan al núcleo de la aplicación. Además, facilita la prueba, el desarrollo y la evolución de los componentes de la aplicación de manera independiente.
Ventajas de la arquitectura hexagonal
- Flexibilidad: la arquitectura hexagonal permite cambiar fácilmente entre diferentes tecnologías, frameworks o bases de datos sin afectar la lógica de negocio.
- Mantenibilidad: gracias a la clara separación de responsabilidades, el sistema se vuelve más fácil de entender, mantener y evolucionar.
- Pruebas más fáciles: al desacoplar la lógica de negocio de los detalles técnicos, facilita la creación de pruebas unitarias y de integración.
- Escalabilidad: permite que los componentes de la aplicación puedan crecer y evolucionar de manera independiente, facilitando así su escalabilidad.
- Colaboración: al tener componentes claramente definidos, los equipos pueden trabajar de manera más eficiente en diferentes partes del sistema sin interferir entre sí.
- Independencia: los componentes pueden ser modificados o reemplazados sin afectar a otros elementos del sistema, lo que facilita la incorporación de nuevas funcionalidades o la corrección de errores.
- Robustez: gracias a su diseño modular, la arquitectura hexagonal es más resistente a fallos, ya que un problema en un componente no suele afectar a todo el sistema.
Arquitectura hexagonal y microservicios
En el contexto actual, donde gran parte de los equipos de desarrollo apuestan por alojar las infraestructuras de sus aplicaciones en la nube, la arquitectura hexagonal se ha convertido en uno de los patrones de diseños más empleados. Y gran parte de este éxito se debe a su sinergia con la arquitectura de microservicios.
Los microservicios son pequeñas unidades de software que funcionan de forma independiente, pero que colaboran entre sí para formar una aplicación completa. Al igual que los componentes de la arquitectura hexagonal, los microservicios pueden ser desarrollados, probados y escalados de forma independiente, lo que facilita la flexibilidad y la escalabilidad del sistema en su conjunto.
Los principios fundamentales de los microservicios incluyen:
- Descomposición por dominios de negocio: Cada microservicio se centra en un aspecto específico del dominio de negocio.
- Despliegue independiente: Cada microservicio puede ser desplegado de forma independiente.
- Comunicación a través de APIs: Los microservicios se comunican entre sí utilizando APIs, generalmente sobre HTTP/REST, gRPC u otros protocolos.
- Tolerancia a fallos: Los microservicios pueden fallar de forma aislada sin afectar al sistema en su conjunto.
- Aislamiento de datos: Cada microservicio gestiona su propia base de datos, lo que evita conflictos y simplifica la escalabilidad.
De esta forma, la arquitectura hexagonal proporciona un enfoque estructurado para construir microservicios que sean independientes, modulares y fáciles de probar, mientras que el estilo de microservicios permite escalar y desplegar estos componentes de manera independiente, mejorando la flexibilidad y resiliencia del sistema global
Microservicios, AWS Lambda y arquitectura hexagonal
Uno de los servicios de la nube pública más utilizados a la hora de desplegar aplicaciones basadas en microservicios es AWS Lambda.
AWS Lambda permite ejecutar código sin necesidad de aprovisionar o administrar servidores, lo que lo convierte en una opción ideal para el despliegue de microservicios. Además, su modelo de precios basado en el consumo y su escalabilidad automática lo hacen especialmente atractivo para este tipo de arquitecturas.
En relación con la arquitectura hexagonal, AWS Lambda, así como otros servicios de computación sin servidor, se alinean perfectamente con sus principios. Estos servicios permiten desacoplar aún más la lógica de negocio del hardware y software subyacentes, proporcionando una capa de abstracción adicional que facilita el mantenimiento, la escalabilidad y la adaptabilidad del sistema.
Además, al utilizar AWS Lambda en combinación con la arquitectura hexagonal, se puede aprovechar la naturaleza de eventos de Lambda para manejar interacciones con otros servicios de AWS y aplicaciones externas, lo que se traduce en una mayor flexibilidad y la posibilidad de crear arquitecturas de microservicios verdaderamente reactivas y resilientes.
Así, no cabe duda de que la arquitectura hexagonal se trata de una excelente opción para el desarrollo de software moderno, especialmente en combinación con el enfoque de microservicios y servicios en la nube como AWS Lambda. Esta combinación de elementos permite crear aplicaciones flexibles, escalables y fácilmente mantenibles, capaces de adaptarse rápidamente a las necesidades cambiantes del negocio.
Si estás a punto de embarcarte en un proyecto de desarrollo de software y estás considerando AWS Lambda, te animamos a que lo hagas. No obstante, en caso de tener dudas acerca de cómo sacar el máximo partido a este servicio o cómo aumentar el rendimiento y reducir el coste de tus aplicaciones, no dudes en contactar con nosotros. El equipo de expertos de Ausum Cloud te ayudará a diseñar e implementar una solución que se adapte a tus necesidades y objetivos.