La computación de alto rendimiento o HPC se ha vuelto mucho más accesible gracias a la nube pública.
Acceder la alta potencia de computación que ofrecen los supercomputadores está reservado a tan solo unos pocos, no solo por los altos costes que supone, sino también por la escasez de este tipo de recursos. Sin embargo, gracias al Cloud Computing y sus soluciones de alto rendimiento, procesar grandes cantidades de datos rápidamente es ahora más viable que nunca.
¿Qué es la Computación de alto rendimiento?
La computación de alto rendimiento, más conocida como HPC (High Performance Computing), permite resolver problemas matemáticos complejos en poco tiempo. Esto es posible gracias al uso de supercomputadores con altas capacidades técnicas que son imposibles de igualar haciendo uso de infraestructuras informáticas tradicionales.
El HPC proporciona a científicos, ingenieros o investigadores los recursos necesarios para crear y resolver modelos matemáticos de un alto nivel de complejidad. Estos problemas no pueden resolverse mediante la informática tradicional, ya que obtener una respuesta se dilataría demasiado en el tiempo, algo que es inviable en la mayoría de ocasiones.
Durante este tipo de procesos, se gestionan un enorme volumen de datos que necesitan de unidades de procesamiento muy potentes, muchísima capacidad de almacenamiento y una altísima velocidad de red. Es aquí donde entra en juego una nueva forma de poner en práctica el HPC gracias a las ventajas que ofrece el Cloud Computing.
¿Cómo funciona el High Perfomance Computing?
Tradicionalmente el HPC tan solo era viable a través del uso de enormes supercomputadoras. Se tratan de infraestructuras locales que forman grandes clústeres de equipos que aúnan todos sus recursos de procesamiento, memoria y red para actuar como uno solo. Esto es algo que se conoce como escalabilidad vertical del rendimiento.
Los usuarios de este tipo de soluciones utilizan software para acceder a este poder de computación fácilmente. Para ellos, estas grandes arquitecturas son transparentes, pues la capa de software es la encargada de manejar eficientemente todos los recursos disponibles.
A pesar del avance del Cloud computing, los supercomputadores siguen siendo una solución viable que dan servicio, por ejemplo, a grandes instituciones científicas o universidades. Sin embargo, gracias a la computación en la nube, el HPC es ahora accesible hasta para empresas con recursos limitados.
HPC y nube pública, la alianza perfecta
Si nos detenemos un momento podemos ver fácilmente como las similitudes entre grandes supercomputadores y la nube son bastante evidentes. Al final, la nube está formada por un gran volumen de servidores conectados en red y accesibles desde cualquier lugar.
Por lo tanto, trasladar el concepto de HPC a los servicios de la nube pública es algo tan natural como lógico, y esto es precisamente lo que ha sucedido. Casi cualquier persona puede procesar un gran volumen de datos y ejecutar grandes cargas de trabajo en la nube sin grandes dificultades.
Acceder a una supercomputadora es algo bastante complicado, sin embargo, contratar acceder al HPC en la nube es sumamente sencillo. Como ocurre con las grandes infraestructuras físicas, los clústeres de equipos necesarios para hacerlo posible son invisibles para los usuarios gracias al uso de software especializado.
Ventajas de HPC en la nube
Las bondades de la nube pública hacen que el HPC sea mucho más flexible y escalables que cualquier otro servicio similar. El uso de grandes computadores tiene un alto coste, así como una gran lista de espera. Utilizarlos para proyectos de pequeña envergadura no tiene sentido.
Sin embargo, utilizar la computación de alto rendimiento en la nube en pequeños y medianos proyectos tiene todo el sentido del mundo. Las propias condiciones del Cloud computing ofrecen:
- Alta flexibilidad: el HPC en la nube permite incrementar o reducir la capacidad de cálculo fácilmente. Lo mismo ocurre con cualquier otro aspecto que intervenga en el proceso, la nube permite modificar los parámetros de manera sencilla y rápida.
- Escalabilidad: la nube permite empezar con proyectos pequeños que pueden ir escalando fácilmente su complejidad técnica a medida que estos van creciendo.
- Accesibilidad: los grandes centros de computación son inaccesibles para muchas empresas. La computación en la nube ofrece una alternativa económica.
- Sin esperas: muchos centros de datos tienen colas de espera que frenan los proyectos. La nube proporciona los recursos que necesitas de forma casi instantánea.
- Ahorro: al contrario de otras infraestructuras, en la nube tan solo pagarás por aquellos recursos que estés utilizando, ni más ni menos. Esto permite reducir los costes considerablemente.
- Mayor ROI: la unión de todos estos factores propicia que las empresas aumenten su productividad y, por lo tanto, su eficiencia y rentabilidad.
HPC: Casos de uso
Áreas como el Big Data, inteligencia artificial, Machine learning o Deep learning están haciendo uso de la computación de alto rendimiento en la nube. Todas estas tecnologías se están centrando en procesar grandes volúmenes de datos que pueden convertirse en información de alto valor para las empresas.
Gracias al fácil acceso a este tipo de servicios en la nube, los negocios pueden sacar el máximo partido a los datos en multitud de áreas clave: diseño y fabricación de productos, automatización de procesos, análisis de tendencias, toma de decisiones, evaluación de riesgos financieros y un sinfín de opciones más.
Cuando los datos se tornan en información, las empresas puedan dar luz a innovadores modelos de negocio que permiten satisfacer las nuevas necesidades de los clientes, así como aprovechar oportunidades desconocidas hasta ahora y aumentar su competitividad en el mercado.
Tanto Microsoft Azure como AWS Amazon ofrecen servicios de computación de alto rendimiento en la nube. Herramientas flexibles y escalables que permiten a las empresas ejecutar HPC de una forma viable y con un coste asumible que permita construir nuevas soluciones.
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