La aparición de distintos proveedores de la nube pública, así como el uso de la nube privada, ha provocado que las infraestructuras tecnológicas de las empresas estén cada vez más dispersas. Con el objetivo de coordinar y aumentar el rendimiento de todos los recursos en la nube nace el concepto de Cloud Federation o nube federada.
Este nuevo sistema de gestión está ganando cada vez más relevancia en el ámbito del cloud computing, ya que ofrece una forma flexible, escalable y eficiente a la hora de administrar los recursos en la nube de una organización. A continuación te explicamos qué es exactamente la nube federada, cómo funciona y qué ventajas ofrece respecto a otros modelos de gestión cloud.
¿Qué es la nube federada?
Podemos entender la nube federada o federated cloud cómo una metodología de gestión que permite construir arquitecturas en la nube interoperables. Su principal objetivo es gestionar de manera eficiente los servicios de computación en la nube externos e internos, facilitando así la comunicación entre nubes y el intercambio de información.
Puedes pensar en la cloud federada como una nube de nubes que integra servicios e infraestructuras de diferentes proveedores. Para ello es necesario utilizar un protocolo o estándar común que permita interconectar los diferentes grupos de recursos. A partir de esto, es posible atender de mejor forma las necesidades tecnológicas de las empresas. El uso de diferentes proveedores de la nube pública, así como la complejidad de las arquitecturas construidas, hace que en ocasiones sean extremadamente difíciles de administrar. La cloud federada integra patrones de gestión para identificar elementos comunes que permitan reducir la complejidad de gestión y resolución de problemas a la par que aumentar la flexibilidad y el rendimiento.
¿Cómo funciona la cloud federada?
La arquitectura de una nube federada suele dividirse en tres elementos o actores bien diferenciados, lo que permite agilizar las decisiones gracias a unas zonas de actuación bien definidas. A continuación te explicamos cómo funciona.
1. Coordinador de la nube
El coordinador de la nube es quién gestiona y asigna los recursos de la nube federada a partir de los requisitos de los usuarios, a partir de la calidad del servicio demandad o el tiempo de acceso que necesitan. Es el encargado de administrar las diferentes infraestructuras y proveedores. Este es también quién gestiona que todo funciona correctamente a nivel técnico, así como de dar acceso a los usuarios y ofrecer soporte.
2. Cloud Exchange
El Cloud Exchange es la plataforma que permite integrar las diferentes nubes de una organización, y por lo tanto, actúa como intermediario entre el coordinador de la nube y los diferentes proveedores. Este habilita un espacio que permite coordinar, organizar y gestionar las diferentes infraestructuras cloud, así como interconectarlas utilizando un lenguaje común. Por otro lado, el Cloud Exchange también permite tener un historial de costes, patrones de demanda, disponibilidad o escalabilidad, lo que permite al coordinador aumentar la eficiencia de la gestión. También permite establecer una serie de políticas SLA (Service Level Agreement o Acuerdo de Nivel de Servicio) para gestionar adecuadamente tanto el rendimiento como los costes de los servicios contratados.
3. Cloud Broker
Por último, el Cloud Broker es el rol encargado de representar las necesidades del cliente y sus usuarios. Tiene contacto directo con el coordinador de la nube y trabajan codo con codo en el diseño y actualización de las políticas SLA. También se asegura que la infraestructura actual se alinea con los objetivos de la organización y trata de conseguir el trato más apropiado para su organización. Es el encargado de gestionar el pago y la facturación de los costes generados.
Tipos de Nubes Federadas
Las nubes federadas pueden estar configuradas de diferentes formas según el nivel de permisividad y restricciones aplicadas a los diferentes proveedores empleados. Esto determinará el nivel de seguridad y su interoperabilidad. Habitualmente se clasifican en 4 tipos:
- Federación permisiva: permite la interconexión de dos proveedores cloud sin necesidad de verificar la identidad de la nube a nivel de DNS. Esto aumenta las posibilidades de sufrir un ataque de suplantación de dominio.
- Federación verificada: la interconexión de dos proveedores cloud tan solo se produce cuando la nube del mismo nivel se identifique correctamente mediante la información obtenida del DNS. Permite evitar la suplantación de identidad, aunque como la conexión no está cifrada, aún es posible recibir un ataque de DNS.
- Federación cifrada: la interconexión de dos proveedores cloud tan solo se realiza si la nube del mismo nivel es compatible con el cifrado de seguridad de la capa de transporte (TSL). Los proveedores deben proporcionar un certificado digital que permita la autentificación mutua, aunque no es necesario que esté expedido por un agente autorizado.
- Federación confiable: es igual que la anterior solo que el certificado digital sí está expedido una autoridad de certificación (CA), lo que aumenta la seguridad de manera notable y limita las posibilidades de un fallo de seguridad.
Ventajas de la nube federada
Como puedes ver, la definición de roles y la división de tareas de una cloud federada facilita la gestión y disminuye la dispersión del uso de diferentes proveedores cloud. Una buena estrategia de nube federada ofrece una serie de ventajas que las empresas pueden aprovechar para mejorar su estrategia cloud
- Descentralización: se acaba con la dispersión de las nubes, centralizando todos los recursos y servicios cloud en un solo lugar. Esto mejora la gestión, evita cuellos de botella, reduce los costes y aumenta la seguridad.
- Dependencia del proveedor: la nube federada evita también el problema conocido como dependencia del proveedor. Podemos tener tantos proveedores como necesitemos y gestionarlos todos de forma unificada.
- Visibilidad: las empresas tienen una visión completa de todas sus infraestructuras cloud. Esto permite reducir los sobrecostes y hacer un uso inteligente de los recursos contratados.
- Escalabilidad: las infraestructuras se pueden escalar fácilmente, complementándose entre sí y aprovechando para conseguir los mejores costes en cada momento.
- Interoperabilidad: conectar servicios o grupo de recursos de diferentes proveedores es mucho más sencillo en una cloud federada. Esto es así porque conocemos de antemano la compatibilidad que proporcionan las herramientas contratadas.
- Coordinación: se puede automatizar la asignación de recursos entre diferentes nubes y coordinar los esfuerzos técnicos, lo que permite ahorrar tiempo y aumentar la productividad.
La buena gestión de las infraestructuras cloud es crucial a la hora de ofrecer un buen servicio tanto a nivel interno como externo. Sin un control óptimo, es fácil que los gastos se disparen o que el rendimiento sea inferior a lo esperado. Aplicar modelos de gestión como el que hemos visto en este artículo es la solución a la mayoría de problemas.
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